Las fases de la luna y la Kabbalah.

Cómo seguir el ciclo de la luna para cambiar nuestra vida.

Todos los meses pasamos por las fases de la luna marcadas por 4 momentos, la luna nueva, el cuarto creciente, la luna llena y el cuarto menguante. Cada fase interviene de manera distinta, en Kabbalah la luna representa a Yesod, la sefirá que nutre a nuestro mundo. Por lo tanto, toda la luz que llega pasa por ésta. Es así que influye en cada uno de los mundos, o sea, en el mundo mineral, vegetal, animal y humano. Estos están representados por los 4 mundos que describe la Kabbalah, y por lo tanto, podemos relacionar cada fase de la luna con cada uno de los mundos y su energía respectiva. Esta interrelación de lo macro a lo micro la integramos en los procesos que llevamos a cabo, dejando entrar la luz del universo. Al conocerlas, nos permite sintonizar con la energía disponible y recibir la luz circundante.

También, la luna cada dos días y medio pasa por un signo zodiacal en específico, cumpliéndose un ciclo de 28/29 días. Cada mes está representado por uno de estos signos, donde se manifiesta sus características y, a su vez, lo influye, la fase lunar y el tránsito de la luna por cada uno de esos signos. Por ejemplo, si es el mes de Elul la energía disponible es la de virgo, si la luna está en fase de llena, en el signo que la ubicamos es en piscis. Esto interviene en la energía de virgo al relacionarse con la energía de piscis. Cada mes, es marcado por este período donde cada signo solar tiene su energía potencial y cada fase lunar marca cómo podemos integrarla.

Para poder hacer cambios en nuestra vida, es relevante vibrar con la energía que hay durante el mes, y el cómo podemos utilizarla lo determina el momento lunar, ya que cada una de sus fases tiene influencias según el mundo que se corresponde. Adquiriendo y entendiendo esta información, sabremos cómo podemos actuar durante el mes usando el calendario lunisolar. A continuación te entrego una referencia de cada fase. Ten presente contar los días con el calendario kabbalístico y no con el gregoriano.

La luna nueva se relaciona con Olam Haatzilut (el mundo de la emanación) y son los primeros 7 días del mes, donde la energía disponible es de semilla, es un buen momento para bajar las ideas que el universo nos otorga, creando nuevos proyectos. En general, es una fase donde vemos la idea desde su macro o desde la idea final, lo que deseamos conseguir.

El cuarto creciente se relaciona con Olam HaBriáh (el mundo de la creación) y son los siguientes 7 días, es decir desde el día 8 al 14 del mes, es el momento en donde comenzamos a accionar para hacer evolucionar la semilla, planificamos el cómo llevaremos a cabo esa idea, nos enfocamos en los detalles del paso a paso en vez del macro.

La luna llena se relaciona con Olam Hayetziráh (el mundo de la formación), que va desde el día 15 al 21 del mes. Este período marca el punto más alto de la realización, estamos llevando a cabo las pequeñas metas que le darán forma al deseo final, puede que ese objetivo en el mes sea una parte vital de algo que pueda llevar meses, pero se está en el momento clave para realizar una parte articulada del mismo.

El cuarto menguante se relaciona con Olam Haasiá (el mundo de la acción), que va desde el día 22 al 28, terminando así el último ciclo. Acá continuamos con los objetivos pendientes, momento para finalizar experiencias y entrar en un período de depuración. Reflexionar y hacernos cargo de lo que ya no hicimos y evaluar si es realmente significativo para llevarlo a cabo el próximo mes.

Cuando nos ponemos en sintonía e integramos estos procesos fluyendo con cada fase, notamos cambios personales de crecimiento en todos los aspectos de la vida, ya que vamos acorde con procesos naturales y recibimos la luz necesaria para cada momento de nuestro día a día.

Si deseas realizar un cambio en tu estilo de vida, puedes integrarlo como una manera muy efectiva de organización, pues de esta forma te permites ordenar tus días, meses y año.